La administración
posee ciertas características las cuales son:
Universalidad:
Existe en cualquier
grupo social y es susceptible de aplicarse lo mismo en una empresa industrial
que: en el ejército, en un hospital, en un evento deportivo.
Valor Instrumental:
Dado que su
finalidad es eminentemente práctica, la administración resulta ser un medio
para lograr un fin y no un fin en si mismo; mediante esta se busca obtener
determinados resultados.
Unidad Temporal:
Aunque para fines
didácticos se distingan diversas fases y etapas en el proceso administrativo,
esto no significa que existan aisladamente. La administración es un proceso
dinámico en el que
todas sus partes
existen simultáneamente.
Amplitud de Ejercicio:
Se aplica en todos
los niveles y subsistemas de una organización formal.
Especificidad:
Aunque la
administración se auxilie de otras ciencias y técnicas, tiene características
propias que le proporcionan su carácter específico. Es decir, no puede
confundirse con otras disciplinas afines como en ocasiones ha sucedido con la
contabilidad o la ingeniería industrial.
Interdisciplinariedad:
La administración
es a fin a todas aquellas ciencias y técnicas relacionadas con la eficiencia
del trabajo.
Flexibilidad:
Los principios
administrativos se adaptan a las necesidades propias de cada grupo social en
donde se aplican. La rigidez en la administración es inoperante.
Cada proceso de un
principio administrativo se rige por una serie de principios cuya aplicación es
indispensable para lograr la administración racional, los cuales son:
Factibilidad
Lo que se planee
debe ser realizable; es inoperante elaborar planes demasiado ambiciosos y
optimistas que sean imposibles de lograrse. La planeación debe adaptarse a la
realidad y a las condiciones objetivas que actúan en el medio.
Objetividad y cuantificación
Cuando se planea es
necesario basarse en datos reales, razonamientos precisos y exactos, y nunca en
opiniones subjetivas, especulaciones, o cálculos arbitrarios.
Este principio,
conocido también como el principio de PRECISION, establece la necesidad de
utilizar datos objetivos tales como estadísticas, estudios de mercado, estudios
de factibilidad, cálculos probabilísticos, modelos matemáticos y datos
numéricos al elaborar planes para reducir al mínimo los riesgos.
La planeación será
más confiable en tanto que pueda ser cuantificada, o sea, expresada en tiempo,
dinero, cantidades, y especificaciones. La cuantificación facilita la ejecución
y evaluación del proceso de los planes.
Flexibilidad
Al elaborar un
plan, es conveniente establecer márgenes
de holgura que permiten afrontar situaciones imprevistas, y que proporciones
nuevos cursos de acción que se ajusten fácilmente a las condiciones. El no
establecer “colchones de seguridad” puede ocasionar resultados desastrosos.
Unidad
Todos los planes
específicos de la empresa deben integrarse a un plan general, y dirigirse al
logro de los propósitos y objetivos generales, de tal manera que sean
consistentes en cuanto a su enfoque, y armónicos en cuanto al equilibrio e interrelación que debe existir entre estos.
Del cambio de estrategias
Cuando un plan se extiende en relación con el tiempo
(lago plazo), será necesario rehacerlo completamente. Esto no quiere decir que
se abandonen los propósitos, sino que la empresa tendrá que modificar los
cursos de acción (estrategias), y consecuentemente las políticas, programas,
procedimientos y presupuestos, para lograrlos. Comprende la modificación
completa del plan por causa de factores de fuerza mayor que originan la
necesidad de cambios definitivos.
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